La inédita residencia “Bramar Al Viento”, se desarrolló en la provincia de Arauco, y fue financiada por el proyecto Fondecyt “Habilitantes para el diálogo intercientífico” y el proyecto anillo “Comunes Costeros”, ambas iniciativas en su tercer año de ejecución. Esta instancia buscó a través de un proceso reflexivo y colectivo, entregar un acercamiento a la relación entre las personas, sus prácticas y sus territorios, relevando la presencia de los sistemas de conocimiento local.
La iniciativa Bramar Al Viento, ejemplifica cómo un proyecto artístico y científico puede fortalecer los lazos entre comunidades locales. Estudiantes de la Universidad de Concepción se reunieron con la agrupación Nalqueras en Pehuén, con el fin de fomentar el intercambio de conocimientos sobre sus prácticas y la preservación del medio ambiente.
La directora del proyecto, Noelia Carrasco, académica de la Facultad de Humanidades y Artes, comentó a grandes rasgos de qué trató la residencia, “es un método de investigación donde la documentación audiovisual se enlaza entre los conocimientos locales, los conocimientos académicos especializados, y también el medio social a quienes se dirige la difusión. En este caso, se aborda el sistema socioecológico que reproducen las comunidades recolectoras de algas y recolectoras de frutos del bosque, ambas habitantes de la zona costera de la comuna de Lebu”.
Según nos explicó la investigadora a cargo de la iniciativa, Natascha de Cortillas, académica de la Facultad de Humanidades y Artes, “el proyecto fue realizado en conjunto con residencias artísticas, las cuales buscan comprender las comunidades de Arauco, al combinar el conocimiento local con el lenguaje visual. En otras palabras, es un proceso de investigación artística, utilizada para interpretar el contexto de las poblaciones, dando foco a la relación que hay entre las personas, sus prácticas y sus territorios”.
Pero, ¿a que se refirió Natascha con lenguaje visual?; este concepto puede relacionarse con diferentes formas de aprendizaje, incluso desafía las metodologías científicas tradicionales. Además, explora otros modelos de conocimientos, como la subjetividad, la intersubjetividad y la poesía, para obtener nuevas formas de entender las prácticas y acciones de las comunidades.
“Los recolectores estamos contentos de poder realizar una jornada de recolección (…) aunque no encontramos muchas especies, se vio el trabajo que hacemos los recolectores, como hablamos, como nos introducimos al bosque, así que me encuentro muy conforme y muy contenta, con que la universidad realice estos proyectos”, expresó una de las integrantes de la agrupación Nalqueras de Pehuen, Cledia Flores.
Una de las residentes que participó activamente de estas instancias, es Sol Jorquera, “ser objetivos es un reto, no es que no queramos interactuar, solo se quiere aprender desde la misma observación para no transformar el relato, ellos tienen claro, todo lo que dicen y hacen, es por eso, que la idea es mantener de manera orgánica su experiencia, se puede aprender más desde el exterior al escuchar conocimientos más pequeños y cotidianos, es un reto pero es lo mas lindo”, explicó Sol.
“Está residencia actúa e interactúa y propone un modelo de trabajo que habilita estas otras posibilidades de lectura de estas mismas acciones, prácticas y comunidades, no es que se haga sin ellos, como proyecto tenemos el énfasis en que el trabajo en comunidad y territorio se basa en prácticas de respeto, de reconocimiento y de afecto por las personas. Todo el trabajo que se está haciendo en las residencias artísticas, levanta y refuerza este modo de acercamiento intercientífico que viene realizando el proyecto Fondecyt desde hace 2 años”, detalló Natascha sobre el trabajo del proyecto.
“La jornada del dia viernes que fue con los recolectores y los chicos de la universidad, estaban contentos de poder realizar una jornada de recolección aunque no se pudo encontrar muchas especies, en este caso changles y loyos pero fue una muy buena salida porque nos reconectamos con la naturaleza y buena también, ya que en la recolección en sí siempre uno no sabe si le va a ir bien o mal, y ese viernes nos fue más o menos” sonrió expresiva Cledia.
“Por mi parte podrían continuar realizando salidas a terreno entre las agrupaciones y la universidad, a mi también me gustaría aprender otras experiencias, de otros lados”, concluyó Cledia.
